No han pasado ni tres semanas de que te conozco, pero puedo asegurarte que te quedarás dando vueltas en mi cabeza por un tiempo.
No quiero pareces un desequilibrado mental, he pensado mucho en eso, oh si. Quizá la historia se ha vuelto a repetir, y llegue tarde, tarde para decirte que te quiero.
No creo en las casualidades, y si me vieras como estoy, pensarías que estoy ahogándome en un vaso con agua. Tu pasado es mucho más grande que mis deseos de construir un futuro solido, por eso mismo pienso que no puedo estar aquí contigo. Lo políticamente correcto sería que tomara el próximo tren al olvido y de allí no salir nunca más.
Puede ser un tanto exagerado de mi parte, pero tu cabello, tu cuerpo, y tu manera tan sensual de vestirte es lo que me ha dejado completamente desnudo frente a esta situación. De algún modo sabía que pasaría algo así, y sabes por qué?. Porque sigo siendo el mismo tonto de siempre, el de siempre, el de siempre y lo seguiré siendo hasta que un puñado de tierra cubre mi rostro.
Escuchar nuestras canciones no valdrá de nada. Tener unos ojos muy similares, mucho menos, pero quizá en otro universo, paralelo puede ser, fuimos creados para conocernos a tiempo.
Maldito el destino, que juega conmigo como si fuera una ruleta, como si fuera aquel muñeco de porcelana que no siente nada, como aquel hombre bicentenario que cree sentir, pero en verdad no es más es un oxidado sistema de cables sin valor alguno.
Quizá, me fui en lo profundo de nuestras conversaciones. Espero estar equivocado, no puede ser tan cruel la vida. No?
No hay comentarios:
Publicar un comentario