La vida esta llena de oportunidades, siendo nosotros tan jóvenes e inmaduros, debemos tomarlas, muchas de ellas, las más importantes de nuestras vida, debemos tomar la correcta, pero ¿cómo podemos saberlo?, quien nos dice la verdad, a quien creerle y a quién no.
Damos pasos hacia adelante, esperando que en un futuro próximo nuestras decisiones hayan sido acertadas, pero si fracasamos, ¿qué?, ¿qué súcede entonces?. Nosotros seremos los únicos encargados de mejorar, de volver al punto equívoco, volver para darnos cuenta que nos falto por tomar en cuenta. La gente no sabe que muchas veces tomamos decisiones apresuradas con la cabeza, sin contar con lo más importante, aquello que maneja la cabeza, el corazón.
Muchas veces, cuando estamos en el cielo, jugando a vivir, olvidamos que en la tierra quedan todos aquellos que siguen viviendo, que sus vidas continúan con o sin nosotros, muchos de nosotros, creemos que con prometer el cielo y la tierra, se tiene la luna ganada, pero no sabemos lo equivocado que estamos, a veces, suele ser demasiado tarde.